El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, de la mano de su cuñado Rafael Martínez Ramírez, secretario general jurídico y actual operador del ayuntamiento de Zapopan, gracias a Pablo Lemus, han edificado su propia red de corrupción dentro del poder judicial.
Desde los sótanos del Supremo Tribunal de Justicia de Jalisco, Alfaro y Martínez Ramírez quitan y ponen jueces y magistrados a su antojo, además de favorecer económicamente al presidente del órgano judicial, Daniel Espinosa Licón.
La red de corrupción ha derivado en la entrega de casos jugosos a jueces “a modo” como Juan José Rodríguez, Javier García, Felipe de Jesús Rivera, Gildardo Landeros y Juan Pablo Dávalos.
De acuerdo con la revista Proceso, desde el Consejo de la Judicatura del Estado de Jalisco y en diversos juzgados del estado se ha metido mano para perjudicar a gente inocente que termina perdiendo todos sus bienes patrimoniales.
En esta red también se tienen identificados al fiscal General de Jalisco, Gerardo Octavio Solís Gómez, su secretaria particular Lidia Elizabeth Canales Rodríguez, el fiscal Especial Regional Horacio Torres Jaimes, así como el director de Seguimiento a Proceso y Litigación, Jaime Navarro Hernández.
Los operadores de este entramado desde el Poder Judicial han reprobado exámenes de control y confianza, siendo el juez Abel Martínez Delgado quien se encarga de colocar jueces a modo con la finalidad de sacar ganancias económicas.
El cuñado de Alfaro se ha vuelto un alfil importante en la red e incluso una de sus principales funciones es captar y distribuir fondos económicos para las campañas de Movimiento Ciudadano.
No obstante aquellos jueces y magistrados que se niegan a ser cómplices de la corrupción son amenazados y castigados, debido a que la Judicatura se ha puesto al servicio del gobernador para atender sus negocios “personales”, así como las órdenes del candidato de MC a la presidencia municipal de Guadalajara, Pablo Lemus.
La creación de jueces “a modo” ha permitido a Lemus fraguar asuntos importantes que le dan cuantiosos dividendos para su bolsillo desde despachos ubicados en Andares y Avenida La Paz, donde se atienden desde asuntos penales hasta civiles.
La red de corrupción del Poder Judicial también ha beneficiado al hermano del gobernador, David Alfaro, quien ha hecho su mina de oro en materia civil con la jueza Paulina Camacho Mendoza y en lo mercantil con la jueza Gabriela Sánchez.
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